Resumen
Aulas en Paz es un programa multicomponente que busca prevenir la agresión a cambio de promover la convivencia pacífica en entornos escolares de básica primaria. Este programa fue construido a través de la inspiración de programas internacionales e investigaciones socioemocionales que comúnmente incluyen: (i) currículo para el desarrollo de competencias ciudadanas en el aula, (ii) talleres, visitas y llamadas telefónicas para padres y madres de familia, y (iii) refuerzo extracurricular en grupos de dos niños que presentan comportamientos agresivos. Comúnmente, cada una de estas actividades busca promover las siguientes competencias socioemocionales: empatía, manejo de la ira, la generación creativa de alternativas, y la asertividad. Para lograr esto, el programa trabaja con diversos actores de las comunidades educativas; docentes, estudiantes, y sus familias. Lo anterior, con el objetivo de que los conflictos se resuelvan de manera pacífica. Ver (Beets, et al., 2009)
Desde el 2008, el programa ha sido implementado en 17 departamentos de Colombia, y otros países de América Latina como Chile, México, y Perú, tan solo en Colombia, el programa ha trabajado con más de 9,112 docentes, 266,450 estudiantes que se encuentran entre segundo y quinto de primaria, y al menos con el 20% de las familias de estos estudiantes. Aulas en Paz cuenta con una serie de características que lo hacen competitivo frente a otros programas en países de bajos y medianos ingresos. Por ejemplo, una evaluación cuasi-experimental con 1154 estudiantes de 55 aulas de siete escuelas públicas en dos ciudades de Colombia encontró resultados positivos en el comportamiento prosocial, logrando así reducir el comportamiento agresivo y verbal. Por otro lado, el costo de implementación de este programa es relativamente bajo frente a otro tipo de alternativas, ya que tan solo asciende a 25 dólares estadounidenses por estudiante durante un año. (Chaux, et al., 2017).
El programa Aulas en Paz está orientado hacia el desarrollo de competencias ciudadanas, es decir, hacia aquellas habilidades que le permiten a las personas puedan actuar de maneras constructivas en la sociedad. Además, el enfoque pedagógico de este programa prioriza el aprendizaje a través de la creación de oportunidades para la práctica y no por medio del discurso, en otras palabras le permite a los estudiantes, docentes y padres de familia “aprender haciendo”, lo cual de acuerdo con autores como Chaux, Lleras & Velásquez, (2004) tiene mayor probabilidad de que se traduzca en acciones cotidianas.
La Teoría del Cambio del programa tiene 2 etapas, el primer nivel incluye un diseño curricular que estructura: actividades, y capacitaciones a los miembros de la comunidad educativa para que lleven a cabo estas prácticas en ellos, y en sus estudiantes e hijos. La segunda etapa busca un cambio en la estructura de las relaciones sociales de los niños, de modo que los niños que presentan altos niveles de agresión puedan convertirse en amigos de compañeros que cuentan con un comportamiento prosocial, con el fin de replicar un modelo positivo de comportamiento. Todo esto contribuye a crear un cambio sistémico, en el que se busca que los diferentes actores resuelvan sus conflictos con menores niveles de violencia, con una visión más constructiva y de diálogo.
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